VIAJE A PUY DU FOU Y TOLEDO– Antonio Bueno
Me las prometía muy felices cuando, a las ocho menos cuarto, estaban los
viajeros preparados con sus maletas, que fuimos introduciendo en la parte
baja del autobús. A las 8 y cinco minutos había recontado a los socios en
sus asientos y le dije a Ele que podíamos marchar. Al final fuimos 56 más
el conductor/a. ¡Qué formales!
No podía sospechar que hasta las ocho y veinticinco no lograríamos tomar
la carretera de Trujillo debido a los atascos que encontramos, sobre todo
en el cruce con la variante Este. Habíamos perdido veinte minutos que
serían decisivos para no llegar a ver el espectáculo de las rapaces en Puy
du Fou, a pesar de nuestros magníficos conductores, Ele y José Manuel, y
el flamante 71 plazas de EMIZ que nos había asignado Javier. Cómodo y
silencioso, como un avión. La parada necesaria se prolongó un poco más
del cuarto de hora, pero no fue la causa de que llegáramos tarde, por 5
minutos.
Al llegar a “La colina de las hayas”, traducción de Puy du Fou, el grupo se
dispersó y cada uno vio lo que le pareció oportuno. Nosotros seguimos el
orden que fijé en el estudio de horarios (que di a todos en fotocopia),
entrando primeramente a EL ÚLTIMO CANTAR, sobre el Cid Campeador
que nos dejó estupefactos por los sorprendentes efectos especiales, que
se repetirían en el siguiente A PLUMA Y ESPADA sobre la vida de Lope de
Vega. Nos llevamos picnic y nos lo comimos en la zona reservada al efecto.
Por la tarde realizamos el recorrido ALLENDE LA MAR OCÉANA dotado de
una magnífica ambientación, y nos mojamos en la tormenta.
A las seis regresamos al autobús y nos dirigimos al hotel CARLOS V, junto
al Alcázar, para alojarnos y cenar, a las siete. Todo muy agradable. Por
tener una triple, nos tocó dormir en la zona de camerinos asignados a Luis
Buñuel, Fernando Rey etc.…los que participaron en la película TRISTANA
que se rodó en Toledo. La terraza tiene unas magníficas vistas.
A las nueve volvimos al Parque temático para contemplar el extraordinario
espectáculo EL SUEÑO DE TOLEDO. Es inefable, no hay palabras para
describir lo bien montado que está. Tenéis que ir a verlo. ¡Gran idea de
Philippe de Villiers!
Al día siguiente, fueron a buscarnos dos guías muy agradables, Sagrario y
Javier, a las nueve y media, para hacer un recorrido que nos llevó hasta
San Juan de los Reyes y la sinagoga del Tránsito. Por cierto que en el
primero de los monumentos encontramos gente vestida con trajes “de
postín”, de casas de “alta costura”. Nos dijo el guía que podíamos echar
un vistazo antes de la ceremonia y así lo hicimos pese a la oposición de
una señora vestida de verde que no quería dejarnos pasar. La justificación
que dio fue “que habían pagado”. Los nuevos ricos se creen que pueden
comprarlo todo y son los dueños del mundo. Encarna la puso en su sitio a
la salida diciéndole “Señora, ha sido usted muy impertinente”. Y lo
admitió. Mereció la pena el vistazo al monumento y a la gente que había
dentro porque estaban guapísimos, tanto ellas como ellos. Resultó que
era la boda de nuestro paisano, el torero Ginés Marín.
Nos fuimos a comer a la una y cuarto, a un restaurante, LOS ARCOS,
cercano a la Plaza de Zocodover. En una hora nos espabilaron porque
tenían otro grupo posterior. Degustamos judías verdes y el plato típico
toledano “las carcamusas” que es magro de cerdo con tomate y pimienta
sobre patatas panadera. Todo muy rico. Y tiramisú de postre.
La gran sorpresa del viaje fue que, en la visita a la Catedral nos recibió en
la Sacristía el Sr. Arzobispo, D.FRANCISCO CERRO, que se alegró de ver a
tanto paisano. Además de su presencia nos hizo un regalo precioso, con
fascículos que cuentan la historia de la catedral, por secciones. Una joya.
Volvimos al hotel para recoger las maletas y esperar en la parada al
autobús que llegó puntual a las siete. Decidimos democráticamente que
nos adelantaríamos una hora y así poder llegar a Cáceres antes de la lluvia
torrencial que cayó después. Paramos a cenar en el Restaurante
PORTUGAL que está muy bien situado pero que tiene un personal poco
preparado, incluso grosero con algunos de nuestros viajeros. Allí hay que
tomar huevos fritos con patatas porque los hacen tan bien que están
deliciosos.
Llegamos a Cáceres y nos despedimos contentos de haber disfrutado de
dos días estupendos (a pesar de que estábamos cansadísimos de andar) y
agradecidos a ASCEMI que organiza estos viajes con un sello especial.