Margarita Salas: «En la ciencia ya no se discrimina a las mujeres»
Es una trabajadora infatigable y ha llegado a lo más alto dentro del mundo de la investigación; un mundo complicado en el que a las mujeres de la época se lo ponían difícil para estudiar. Margarita Salas tuvo tres apoyos muy importantes en su carrera, el Nobel Severo Ochoa, el científico Albert Sols y su marido Eladio Viñuela, que le ha brindado siempre el suyo para que llegase a ser una científica independiente. Lleva décadas dedicándose a su pasión y está muy orgullosa de los avances que ha supuesto la investigación del phi29, una invisible y potente máquina vírica. Es autora de la que por ahora es la patente más rentable en España, un pequeño virus, que es trascendental para la economía y la nvestigación. Ha sido y es una gran mujer y tiene toda mi admiración.
–De tu profesión ¿con qué te sientes más agradecida?
–Con el trabajo que llevo realizando durante 47 años sobre el virus bacteriano phi29 y que me ha dado muchas atisfacciones.
–Junto a tu marido introdujisteis la investigación genética molecular en España, eres pionera en esto. ¿Cómo te sientes?
–Estoy contenta de haber podido contribuir al desarrollo de la biología molecular en España. Es una gran satisfacción haber podido formar discípulos que, a su vez, ahora son líderes en sus campos. Es cuestión de trabajar mucho y estar interesada en lo que se hace.
–¿Te ha tocado pelear mucho por ser mujer?
–Un poco, sobre todo al comienzo de mi carrera científica, porque hace muchos años a la mujer no se la consideraba y a las científicas menos. Se pensaba que no estábamos capacitadas para ello.
–¿Hay alguien que te haya ayudado en tu carrera a triunfar?
–Sí, mis padres, que decidieron apoyarme, mi maestro Severo Ochoa porque él me enseñó la biología molecular, y anteriormente Alberto Sols, porque me enseñó las bases de la bioquímica.
–Tus padres también fueron grandes intelectuales: padre médico, madre
maestra, ¿qué recuerdas de ellos?
–Mucho. Mi padre era médico y salía a pasar consulta y cuando llegaba a casa siempre ponía música. El sonido de piezas de clásica en nuestra casa era algo muy normal, de ahí mi afición a la música, he estado oyendo clásica desde muy pequeña y me entusiasma.
–¿Cómo se valora hoy en día a la mujer?
–Creo que está empezando a ser valorada, a nivel científico ya no hay discriminación.
En nuestros laboratorios, hay más mujeres que hombres iniciando la carrera científica. Lo mismo pasa con la tesis doctoral, que la están haciendo más mujeres que hombres.
–¿Crees que has llegado a lo más alto?
–Lo más importante que he conseguido es ser miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos y yo creo que más alto que eso no voy a llegar.
–¿Cómo te imaginas en el futuro?
–Trabajando en investigación. Es esencial porque es lo que me gusta.
–¿España llegará a estar algún día a la vanguardia de la investigación?
–Es difícil. Se hace muy buena investigación en España y de calidad. Para estar a la vanguardia hace falta mucha calidad y cantidad. Con los presupuestos que hay hoy en día es imposible.
–¿Qué ha significado Severo Ochoa en vuestras vidas?
–Ha sido muy importante. Fue el que me dirigió hacia la bioquímica y a la biología molecular. Le conocí cuando acabé el tercer curso de químicas, escuché una conferencia que dio sobre su trabajo y me fascinó, fue el que marcó mis pasos en el futuro. Tenía claro que quería dedicarme a la bioquímica.
–También es un privilegio trabajar codo con codo con tu marido…
–Iniciamos un grupo de investigación, y en España era un desierto científico.
Pudimos trabajar porque nos trajimos una ayuda de EE UU, porque en nuestro país no había financiación para hacerla. Él veía que trabajando juntos mi nombre no se conocía porque seguía siendo la mujer de… y decidió abandonar y que yo fuese independiente con el trabajo que habíamos iniciado juntos.
–¿Qué opinas de la clonación?
–Sobre la regenerativa, que a partir de células madre se pueden reproducir distintos tejidos, estoy totalmente de acuerdo. Se van a poder curar algunas enfermedades que no tienen solución. Pero estoy totalmente en desacuerdo y soy contraria, como todos los científicos, a la clonación reproductiva, esto no es posible hoy en día.
–¿Cómo te gustaría ser recordada?
–Como una persona trabajadora y honesta, que ha dedicado su vida a la investigación con la mayor calidad posible.
–¿Será posible en un futuro tener una medicina a la carta?
–Ya se habla de la medicina personalizada, eso no quiere decir que cada uno de nosotros vaya a tener la suya propia, pero sí va a haber perfiles genéticos que respondan a una determinada medicina y otros que no respondan a la misma. Esto significa que a cada persona se le recetará un tratamiento de acuerdo con su perfil genético.
–¿Y cómo recomiendas que nos cuidemos?
–Lo mejor posible (risas), aunque yo no predique con el ejemplo creo que está bien cuidarse a diario.
Publicado en mayo 2015 en el periódico La Razón.es