Breve reseña de la actividad, escrita por D. Antonio Bueno Flores, Asesor del CCMIJU y miembro de la Junta Directiva de ASCEMI.
Comenzamos la visita teatralizada a la Ciudad Antigua en la plaza de Santa Clara. Nuestra mayor preocupación era que lloviese, pero el cielo respetó a los socios de ASCEMI, unos 40, que se habían animado a participar en
esta experiencia. Estuvo nublado, pero con 19 grados que hicieron muy agradable el paseo.
Tras las explicaciones de Antonio Bueno para situar al grupo ante lo que pretendíamos hacer, aparecieron esos magníficos actores que son Vicente y Rubén y se “metieron en el bote” a la concurrencia con su buen hacer.
Disfrutamos un montón con sus retahílas en las que nos hacían participar.
Seguimos por la Puerta de Mérida y la calle Ancha, con las explicaciones de Antonio, hasta la Plaza de las Veletas, donde escenificaron la conquista de la ciudad, la lucha entre los capitanes moro y cristiano (que puede
verse en las fotos) y el episodio de la princesa, para la que eligieron a una bella señorita de los afortunados visitantes. Y, como el tiempo pasa volando, nos dirigimos a la Plaza de San Jorge, donde representaron la divertidísima historia de “Jorge antes de ser santo”.
La mitad del grupo pasó al Palacio de los Golfines de Abajo, mientras la otra mitad paseamos por la plaza de Santa María, siguiendo con las explicaciones de Antonio. Ambos semigrupos salieron fascinados por el contenido que alberga el palacio y lo bien amuebladas que están sus habitaciones. Magnífica labor, la de la Fundación Tatiana.
Y ¿qué podemos decir de la deliciosa comida que nos ofreció Ita en su hotel Alfonso IX de la calle Moret? Aunque sea el plato más sencillo, los ingredientes son de calidad y están cocinados con mucho amor, porque saben a gloria. Estuvimos como en casa. A los postres, Justo y Antonio trataron de animar la velada con sus canciones y de provocar a los socios para que participaran en el karaoke. ¡Estuvimos hasta las 6!
Podemos decir que el objetivo de la fiesta fue conseguido: recuperar psicológicamente a los participantes de las secuelas del COVID en la víspera del día en que se cumplían 3 años de la declaración de la pandemia. SURSUM CORDA (¡Arriba los corazones!) Porque eso influye en nuestro cerebro alegrándonos la existencia.
