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Mar 31

Viaje al Cerezo en Flor, 2023

RESEÑA DE LOS VIAJES DE ASCEMI AL CEREZO EN FLOR 2023

 

(Escrita por D. Antonio Bueno Flores, asesor del CCMIJU y miembro del Equipo Directivo de ASCEMI)

Para planificar estos desplazamientos consultamos a la Oficina de Turismo del Valle del Jerte, en Cabezuela, que nos informó que la “Primavera y el Cerezo en Flor” comenzaban el día 17 de marzo. Para medir los tiempos y conocer los lugares, hicimos un recorrido familiar el día 13 en nuestro coche. Y, visto el panorama, por si acaso, atrasamos el primer viaje al día 23. Pero la naturaleza, caprichosa, no respetó las previsiones y la floración se atrasó. Ya no podíamos cancelar lo que estaba comprometido y pagado por adelantado.

Los dos días (23 y 29 de marzo) salimos puntualmente a las 9, lo mismo con la empresa Medina que con Emiz. Ambas nos enviaron a magníficos conductores, Moisés y Fran respectivamente.

Llegamos puntualmente a las 10,30 al bar “Los Majetes”, de Navaconcejo que nos ofreció desayunar con café y migas. Algunos decían que no eran migas porque eran diferentes a las habituales, con trozos de pan más grandes, con huevo y un sabor delicioso a romero y comino.

El día 23, subimos hacia Tornavacas y, antes de entrar al pueblo, nos hicimos la foto en la explanada. No se veía el valle ornado con la blancura de los cerezos y corría un vientecillo que nos obligó a volver rápidamente al autobús, tras hacernos una foto de grupo.

El 29, corregimos el itinerario y, tras hacernos unas fotos junto al río, en la cruz de caminos, nos fuimos a Cabezuela del Valle lo que nos permitió recorrer, durante una hora su parte vieja, con las casas de entramado. A las 12,30 nos esperaba la encargada del Museo de la Cereza para abrirnos la casa rural en que está instalado, como habíamos reservado en el viaje anterior. Me tocó recaudar el euro que costaba la entrada y dárselo contado y ordenado por montoncitos. El primer día 50 visitantes, el segundo 49.

El video de 8 minutos de duración es interesante porque informa de todo el proceso del cultivo de la cereza, lo que ha supuesto para estos pueblos y la evolución en la forma de cosecharla. Es interesante, pero habría que mejorar la calidad en su proyección. Luego recorrimos los otros dos pisos de que consta la exposición museística.

Era ya la una y media cuando emprendimos el camino de subida a El Torno, un precioso pueblo colgado en la ladera de una montaña, desde donde las vistas son maravillosas, que alcanzan a ver la presa del Jerte que abastece de agua a Plasencia. A dos kilómetros del pueblo está el Mirador de la Memoria que recuerda a los represaliados de la guerra incivil (porque ninguna guerra es civilizada, ni podemos estar orgullosos de ella, seamos del bando que seamos). Todos fueron víctimas del odio acumulado y de la violencia incontenible.

En El Torno subimos unos 100 metros hasta la iglesia (del siglo XVI) y al lado a la plaza donde se encuentra el restaurante “Sabores del Jerte” en Alberjerte que es una instalación hotelera que recomendamos para pasar unos días tranquilos y por un buen precio. La comida daba opción a dos menús: de primero, alubias con media perdiz o crema de manzana con especias; y de segundo, chuletas con patatas o lubina también con patatas. Como postre podías elegir entre profiteroles con chocolate o crema de queso. En general, salvo alguna excepción, que siempre la hay, ambos menús fueron del gusto del respetable público viajero de ASCEMI.

El primer día, el 23, les pedí a nuestros anfitriones que pusieran música en la discoteca del albergue, pero los pasodobles toreros no fueron del gusto de los posibles bailarines cacereños que prefirieron darse una vuelta por el pueblo o reposar la comida tomando café en la agradable terraza ajardinada, al aire libre, del establecimiento. Como ya habíamos cumplido el itinerario, decidimos volver a Cáceres contemplando desde el autobús, en los huertos del camino, algunos cerezos florecidos. A los que nos prepararon la discoteca, no les hizo mucha gracia que nos marcháramos tan pronto y el segundo día, el 29, en que fui preparado para hacer de animador, no me dejaban cantar. Con una breve negociación se consiguió poner en marcha la megafonía y me permitieron actuar durante un cuarto de hora, con lo cual, apenas pude animar el cotarro. Sobre todo, porque habíamos quedado a las 6 con una empresa de aventura que “nos iba a llevar al huerto” (cada uno lo interpretó como quiso).

En la carretera de El Rebollar, a la que tuvimos que volver en dirección a Navaconcejo, nos esperaba Rubén, un agricultor que nos explicó ampliamente y con gran detalle todo lo referente a las flores que estábamos contemplando con verdadero disfrute y con una emoción contenida (porque no se pueden tocar). Esa capacidad de comunicación y la brillantez de la exposición (supo responder a las continuas preguntas que le hacíamos) nos hizo sospechar…y resultó que Rubén es Ingeniero de Montes y se dedica a la cereza desde hace muchos años, a pesar de su juventud.

La espina que había quedado en mi corazón de organizador, al que le gusta que los viajeros disfruten a tope, nos la sacamos ampliamente ya que, como puede verse en las fotos, las flores estaban reventonas, más bonitas no podían ser. Nos dijo Rubén que habíamos llegado en el mejor día para contemplarlas porque se habían abierto el día anterior, sacando toda la belleza y la vida que tienen dentro, en su plenitud.

Así es que, nos volvimos satisfechos por haber pasado un día maravilloso, casi caluroso en el final del huerto, llevando en nuestros móviles las imágenes bellísimas de este espectáculo de la naturaleza que tenemos en el norte de nuestra provincia. Y lo disfrutamos tranquilamente, porque el próximo fin de semana la cantidad ingente de visitantes puede producir agobio en quienes pretenden disfrutar del espectáculo natural.

El remate fue poético porque recité una poesía dedicada a la flor del cerezo, que abajo reproduzco, y sobre todo que nuestra Presidenta se avino a recitar alguna poesía y a contar anécdotas simpáticas con la maestría con que ella lo hace siempre. Escuchamos con deleite “A un olmo seco” de Antonio Machado. Y charlando, charlando, se nos hizo el viaje corto pues llegamos a Cáceres poco después de las 20,30 horas.

     

A LA FLOR DEL CEREZO

 

Llegarás, como cada año, como cada marzo o abril,

brotando cuan río fugitivo y extenso,

ascendiendo a las cumbres por las laderas en terraza.

 

Te veré nacer, crecer, fluir, esparcir, morir… y renacer en fruto,

efímera y fugaz, injustamente breve.

 

Eres nieve de primavera,

lluvia de pétalos que alfombra el campo,

embriaguez para las mentes sensibles

de los poetas, pintores y músicos.

 

Fragilidad y fortaleza,

celebración de vida y de muerte.

Te despedirás, como cada año,

como cada mes de abril,

apagando tu luz y tu blancura,

alejándote, como un río fugitivo que sigue su curso.

 

Nos queda la esperanza de poder vivir,

otro año más… una primavera blanca.

 

Marina Villar y Teo Guzmán

 

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