Asociación de Amigos del Centro de Cirugía de Mínima Invasión “Jesús Usón”
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Sep 24

VIAJE CULTURAL A SAN MARTIN DE TREVEJO Y A TREVEJO

El pasado sábado, 15 de septiembre, un grupo de 20 socios, incluido Antonio Bueno como Vocal de Viajes, mas Luis Miguel, conductor de CORIA TOURS, se desplazó desde Cáceres (salimos a las 9 de la mañana) hasta San Martin de Trevejo, adonde llegamos a las 11. De entrada, ASCEMI invitó a café al grupo en el Bar “Los Cazadores” para resarcirles del fallo de la vez anterior en que estaba programada la visita y no tuvimos tiempo.

Cuando nos íbamos aproximando, por el micrófono fui recordando algunos datos de este pueblo tan singular y, después del café repartí una hoja informativa para facilitar la visita a San Martin y a Trevejo. Iniciamos el recorrido por la Ronda de la Muralla y subimos por la Puerta del Fuerte. Es un pueblo con regateras en las calles que conducen las aguas que bajan del Jálama y con una arquitectura popular de entramado muy interesante. Destacan en la plaza del pueblo la Casa del Comendador (ante la que nos hicimos la foto de grupo), la torre de antigua iglesia, el pilón de 1888 y el edificio del Ayuntamiento. Tuvimos la mala suerte de que esta semana estaba cerrada la Oficina de Turismo por vacaciones de la persona que la atiende. Ello nos privó de poder visitar la iglesia porque, aunque recorrimos el pueblo buscando a la monja que tiene la llave y pidiendo al del comercio que nos la dejara, no pudimos entrar. A cambio nos fuimos hasta la ermita de “La Cruz Bendita” y nos tomamos una cervecita en la Hospedería de la Junta, que está al lado. Así hicimos ganas de comer.

Volvimos a Los Cazadores para degustar un delicioso menú compuesto de “Menestra de la Casa”, con auténtico sabor a verduras de pueblo y unas “Carrilleras de cerdo” que estaban tiernitas y jugosas. Alguien lo pidió y le puso picante y aún le está picando…Postre y café completaban el menú. Si vais a San Martin, preguntáis por Silvia y le decís que sois de ASCEMI; os atenderá de maravillas.

A Trevejo fuimos a las 5 y hacía calor, a pesar de la brisa que corría en lo alto; a la sombra, ese vientecillo acariciaba el cuerpo y nos hacía sentir como en la gloria… El castillo hay que verlo de lejos, porque está en ruinas. Un cartel te advierte que si entras, es bajo tu responsabilidad. Una pena.

Llegamos prontito a Cáceres, a las ocho, poco después del chaparrón y nos dio tiempo a ver el empate del Madrid en Bilbao.

Un día provechoso y gozoso, en un grupo pequeño, donde llegamos a conocernos y charlar. Disfrutamos como niños. Lo digo porque era un autobús escolar donde alguno tuvo que encajarse en el asiento. Ya hemos crecido, sobre todo en esa parte…  

    

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