Excursión cultual «Por la ruta de D. Quijote»

RESUMEN DEL VIAJE POR LA RUTA DEL QUIJOTE – ASCEMI (26/28-10-18)

La valoración general del viaje, por clamor popular, fue de muy buena, excelente. La gente lo ha pasado bien, a pesar del mal tiempo.

Detalle:

El bus nuevo, limpio, cómodo y con buen conductor (Rafa). Aunque algunos se quejaron de que los asientos eran estrechos. Parecía un bus de transporte escolar. Ponen en la pantalla frontal “ASCEMI”, no hacen falta los carteles. Se tardan 4 horas y media, con una parada intermedia de media hora. Fuimos por autovías.
El guía, Juan A. Bautista, fenomenal. Un guía “de altura”, mide 2 metros, y es licenciado en Historia del Arte. Muy bien preparado y atento para ayudar a quien lo ha necesitado.
El guía local de Alcázar de San Juan (Javier), muy bueno, sabiendo sintetizar, aunque dispone de poco tiempo.
Queja compartida: No se puede levantar a la gente a las 7 menos cuarto para estar hora y media en la quesería. Debía ser a las 7, estar media hora en la quesería, y más tiempo en Alcázar de S.Juan.
La guía de Campo de Criptana no tuvo casi tiempo de saludarnos y despedirse. La representación teatral, muy buena y participativa.
El hotel es muy bonito. Es un hotel con encanto. Pero se nota que ha estado tres años cerrado y lo están recuperando. Muy austero en las instalaciones. Sin amenities. El mayor inconveniente es que no tiene ascensor porque son solamente dos pisos. Muy amablemente le suben la maleta y la bajan a quien lo necesita. También el guía. El buffet, muy bueno y variado, reponiendo lo que se acababa.
El recorrido del viernes por Almagro tuvo el acierto de concertar la visita al Corral de Comedias, lo primero y allí actuamos Gloria Martin y yo (breve, pero del gusto de la concurrencia). Lo demás fue breve y nos permitió visitar el Museo del Teatro y el de encaje de bolillos (los que quisieron), hacer compras y tomar un café en la maravillosa plaza.
La cata y la visita a la denominación de origen La Mancha, fue interesante y del gusto de los viajeros. Y el regalo del sacacorchos…
La comida en el restaurante de Campo de Criptana, el Mesón La Alforja de Sancho, fue muy corriente y el vino estaba imbebible (sabía a química). Atentos si, y rápidos. Lo mejor los cucuruchos de helado, en mano, sin platos.
Como he dicho, la visita a los molinos fue imposible, salvo el rato de la representación, que nos refugió del viento al lado de la ermita. Hacía un frío imposible de soportar, un viento helado y desagradable. Les pedí que fueran rápidos para que nadie se pusiera enfermo, cuando habíamos ido a disfrutar…
Interesante el tiempo libre al regresar al hotel, para que fuera a misa el que quisiera (unos 15). Y la cena por libre.
El domingo amaneció nevando y con un frío notable. Las súplicas a San Antonio dieron resultado y tuvimos una maravillosa mañana en las Tablas de Daimiel, con un guía estupendo, dotado de una prodigiosa voz que escuchan hasta los últimos del grupo. También se levantó un viento gélido y algunos nos volvimos. El audiovisual es de una calidad extraordinaria. Decía una señora que es como el fútbol que se ve mejor en la televisión. Precioso y se hace corto.
El Restaurante del Cruce, era muy agradable, calentado con un chubesqui; con la paella un poquito salada y el bacalao magnífico. Vino de Valdepeñas, bebible y postre de tarta muy rico. Trato amabilísimo del personal.
Al regreso, paramos en La Pausa, a 102 Km. De Madrid y llegamos a las 8,15 a Cáceres, cantando y contando chistes.
Ese clamor popular propuso que les hiciéramos un regalo al conductor y al guía que se habían portado fenomenalmente, con múltiples atenciones con los viajeros. 1 euro por viajero hasta 40.
Las maletas que regalaba la agencia de viajes NEVATUR les tocaron a los números 24 y 13. El 24 es Chelo Gozalo, precisamente uno de los 2 que no pudieron viajar y perdieron el dinero. Un premio de consolación.

Viaje a la Mancha de “Don Quijote”

El pasado fin de semana, los días 26 al 28 de Octubre, la Asociación ASCEMI (Amigos del Centro de Cirugía de Mínima Invasión “Jesús Usón”) organizó una excursión para visitar parte de la ruta de Don Quijote.

De Cáceres salimos para encontrar al Quijote y, cual no sería mi sorpresa, cuando al montar en el autobús, me encuentro con el mismísimo D. Alonso Quijano, alto, enjuto, pero sin yelmo de Mambrino y sin lanza en ristre, era nuestro guía acompañante durante todo el viaje, por lo que me pregunté, ¿será este cacharro carreta de reos que el buen Quijote ha equivocado?. Juan se llamaba nuestro héroe novelesco, que cuando empezó la charla ni al bueno de Sancho Panza que (Antonio Bueno) lo llaman dejó meter baza en tan larga perorata.

Las Órdenes de Caballería de memoria recitaba, aunque se olvidó la nuestra, la de Alcántara, que en nada envidiaba a las otras, que también en nuestra tierra las Ordenes campeaban.

También llevábamos nosotros nuestra Dulcinea, (que de Aldonza nada) y como siempre acostumbra nos dedicó una hermosa cháchara, Gloria Martín se llama ella y como buena Dulcinea con su parlar entusiasma.

El hotel que nos dieron, bien podía ser venta de mala fama, pero no, que en la calesa iba gente afamada, de buena tierra y mejor historia, pero eso sí, gente cabreada que no puede usar el tren que por ambas tierras pasa.

El yantar regular aunque, con tan buena compañía, no hay comida mala.

Tuvimos hasta sorpresa al ver la mañana del domingo como la nieve nos acompañaba, fue poca cosa, pero lo suficiente para emprender el regreso con toda la gente encantada.

Cáceres,31 de Octubre de 2018

Eusebio Rodríguez Rodríguez

Dª. Gloria Martín García recitó este precioso poema de León Felipe en el Corral de Comedias de Almagro:

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

Y ahora ociosa y abollada
va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero,
sin peto y sin espaldar…

Va cargado de amargura…
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar…
va cargado de amargura…
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar…

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…

Va cargado de amargura…
va, vencido, el caballero
de retorno a su lugar.

Cuántas veces, Don Quijote,
por esa misma llanura
en horas de desaliento
así te miro pasar…
y cuántas veces te grito:
Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;